El Báb

El Báb, el Heraldo de la Fe Bahá’í

“Su vida es uno de los ejemplos de valor más gloriosos que la humanidad ha tenido el privilegio de presenciar…”

— Homenaje al Báb del escritor francés del siglo XIX A.L.M. Nicolas

A mediados del siglo XIX —uno de los períodos más turbulentos en la historia del mundo— un joven comerciante anunció que Él era el portador de un mensaje destinado a transformar la vida espiritual y social de la humanidad. En un momento en que Su propio país, Irán, experimentaba una amplia descomposición moral, Su mensaje suscitó emoción y esperanza entre todas las clases, atrayendo rápidamente a miles de seguidores. Tomó el nombre de «el Báb» que significa «la Puerta» en árabe.

Por Su llamado a la reformación espiritual y moral, y Su preocupación por el mejoramiento de la condición de la mujer y de los pobres, la prescripción del Báb para la renovación espiritual era revolucionaria. Al mismo tiempo, establecía una religión propia e independiente, e inspiraba a Sus seguidores a transformar sus vidas y a realizar grandes actos de heroísmo.

El Báb anunció que la humanidad se encontraba en el umbral de una nueva era. Su misión, que iba a durar solamente seis años, tenía por objeto preparar el camino para la llegada de un Mensajero de Dios Quien inauguraría la época de paz y justicia prometida en todas las religiones del mundo: Bahá’u’lláh.

A mediados del siglo XIX —uno de los períodos más turbulentos en la historia del mundo— un joven comerciante anunció que Él era el portador de un mensaje destinado a transformar la vida espiritual y social de la humanidad. En un momento en que Su propio país, Irán, experimentaba una amplia descomposición moral, Su mensaje suscitó emoción y esperanza entre todas las clases, atrayendo rápidamente a miles de seguidores. Tomó el nombre de «el Báb» que significa «la Puerta» en árabe.

Por Su llamado a la reformación espiritual y moral, y Su preocupación por el mejoramiento de la condición de la mujer y de los pobres, la prescripción del Báb para la renovación espiritual era revolucionaria. Al mismo tiempo, establecía una religión propia e independiente, e inspiraba a Sus seguidores a transformar sus vidas y a realizar grandes actos de heroísmo.

El Báb anunció que la humanidad se encontraba en el umbral de una nueva era. Su misión, que iba a durar solamente seis años, tenía por objeto preparar el camino para la llegada de un Mensajero de Dios Quien inauguraría la época de paz y justicia prometida en todas las religiones del mundo: Bahá’u’lláh.