Orígenes en la comunidad Bahá’í en Ecuador

Orígenes en la comunidad Bahá’í en Ecuador

La primera vez que el nombre de Bahá’u’lláh se escuchó en Occidente, sucedió durante la lectura de un documento, en el Parlamento Mundial de las Religiones, realizado en 1893, en Chicago.

A partir de ese momento las enseñanzas bahá’ís se difundieron en Norteamérica; desde 1920, algunos creyentes, viajaron a Latinoamérica y en mayo de 1940 llegó a Ecuador la primera persona que trajo el mensaje de Bahá’u’lláh.

Como resultado de los esfuerzos de los nuevos creyentes ecuatorianos se conformaron las dos primeras Asambleas Espirituales Locales: en Guayaquil en 1945 y Quito en 1947.

Durante la década de los 40, el crecimiento sistemático fue apoyado por maestros de otros países. En 1946, una de las maestras visitantes fue recibida en audiencia por el entonces Presidente de la Republica, José María Velasco Ibarra, quien atendió una presentación sobre los objetivos y principios de la Fe Bahá’í.

En los años 50, la Fe tuvo un importante despliegue de maestros a lo largo del mundo y Ecuador se benefició de este esfuerzo en la construcción de comunidades. Como resultado se establecieron comunidades en Quito, Guayaquil, Cuenca y Otavalo.

En 1961 se formó la primera Asamblea Espiritual Nacional del Ecuador. Esa misma década, el país experimentó la expansión de la Fe en la mayoría de las provincias del país y acogió a grandes números de creyentes en Imbabura y Esmeraldas.

Durante los años 70 y gracias a la receptividad de los habitantes de las comunidades de Imbabura, se estableció la primera emisora bahá’í en el mundo, en la ciudad de Otavalo, con una programación bilingüe.

Hoy en día, los bahá’ís en Ecuador y una comunidad creciente de miles de amigos, se encuentran trabajando activamente en sus barrios y comunidades: promueven programas para la educación espiritual de los niños, el empoderamiento de los prejóvenes y la capacitación de jóvenes y adultos para contribuir al progreso de sus comunidades a través de círculos de estudios.

La primera vez que el nombre de Bahá’u’lláh se escuchó en Occidente, sucedió durante la lectura de un documento, en el Parlamento Mundial de las Religiones, realizado en 1893, en Chicago.

A partir de ese momento las enseñanzas bahá’ís se difundieron en Norteamérica; desde 1920, algunos creyentes, viajaron a Latinoamérica y en mayo de 1940 llegó a Ecuador la primera persona que trajo el mensaje de Bahá’u’lláh.

Como resultado de los esfuerzos de los nuevos creyentes ecuatorianos se conformaron las dos primeras Asambleas Espirituales Locales: en Guayaquil en 1945 y Quito en 1947.

Durante la década de los 40, el crecimiento sistemático fue apoyado por maestros de otros países. En 1946, una de las maestras visitantes fue recibida en audiencia por el entonces Presidente de la Republica, José María Velasco Ibarra, quien atendió una presentación sobre los objetivos y principios de la Fe Bahá’í.

En los años 50, la Fe tuvo un importante despliegue de maestros a lo largo del mundo y Ecuador se benefició de este esfuerzo en la construcción de comunidades. Como resultado se establecieron comunidades en Quito, Guayaquil, Cuenca y Otavalo.

En 1961 se formó la primera Asamblea Espiritual Nacional del Ecuador. Esa misma década, el país experimentó la expansión de la Fe en la mayoría de las provincias del país y acogió a grandes números de creyentes en Imbabura y Esmeraldas.

Durante los años 70 y gracias a la receptividad de los habitantes de las comunidades de Imbabura, se estableció la primera emisora bahá’í en el mundo, en la ciudad de Otavalo, con una programación bilingüe.

Hoy en día, los bahá’ís en Ecuador y una comunidad creciente de miles de amigos, se encuentran trabajando activamente en sus barrios y comunidades: promueven programas para la educación espiritual de los niños, el empoderamiento de los prejóvenes y la capacitación de jóvenes y adultos para contribuir al progreso de sus comunidades a través de círculos de estudios.